lunes, 23 de noviembre de 2015

El arte más complicado de Cuenca: Los fuegos artificiales


Dentro de un pequeño taller, o en un espacio de sus viviendas, se puede encontrar a los artesanos de fuegos artificiales. Ellos rodeados de mechas, paredes de castillos, vacas locas, caballitos, carrizos, restos de cartón y sus manos y ropa llenas de pólvora negra, parecen indicarnos el camino hacia un lugar lleno de tradición; lleno de una Cuenca que de seguro es extrañada por muchos.


                                                        Taller de Don Jorge Baculima


En nuestra ciudad es muy difícil identificar ubicaciones específicas para localizar a estos artesanos, desde la Avenida Loja, hasta las afueras, Vía Deleg o en el Sector Shinshin, pero todos ellos con zonas estratégicas por sus talleres y por dificultades que tienen dentro de la ciudad, trabajo artesanal de generaciones enteras que tienen miedo de desaparecer.
Uno de los artesanos que lleva gran trayectoria en el oficio es Jorge Baculima. Este personaje dentro de nuestra ciudad está hace 45 años ejerciendo este trabajo. Sus abuelos y padres fueron quienes le inculcaron y enseñaron este gran arte de fabricación de fuegos artificiales, y ahora él hace lo mismo con sus hijos. A demás nos cuenta que de su familia no solo él es el artesano, sus hermanos, también son alumnos antiguos de este labor.
La familia Criollo, también está dedicada 100% al negocio. Desde su papá el Señor José Criollo, se han ido transmitiendo los conocimientos generación tras generación y es así que el entrevistado, Cristhian Criollo, forma parte de la 4 generación que se dedica a esto.

Historia
Los fuegos artificiales inicialmente fueron elementos incendiarios. Estuvieron presentes en civilizaciones antiguas dentro de India, Egipto y China. Finalmente llega a América Latina, con la llegada de los españoles y fueron ellos mismo quienes los popularizaron. Solían utilizarlos en fiestas, dándole  color y un toque de folklor a las fiestas tradicionales. Ahora son ya, parte de nuestra cultura. Hoy en día es normal ver dentro de fiestas populares  como: Corpus Cristi, El Pase del Niño Viajero,  Año Nuevo, entre otras, luces iluminando el cielo, elementos que le dan ese toque lleno de vida y color a lo tradicional.

Problemas
La producción de pirotecnia, ha disminuido en un 60% dentro de la ciudad. Esto se debe a los permisos de funcionamiento y ejecución que necesitan todos los artesanos productores, “ya no quieren, que haga los castillos (…) estamos luchando con las autoridades, para que nos dejen seguir produciendo y vendiendo dentro de la ciudad, les pedimos que valoren nuestro trabajo” comenta Don Jorge.
El trabajo como este es admirado y valorado fuera de nuestro país. Como anécdota que recordará siempre nos cuenta don Jorge Baculima, la ocasión en la que por la excelente ejecución de su trabajo, en el año 2005, viajó a Europa representando a nuestro país, “la pirotecnia a nivel mundial, está llena de tecnología, todo lo hacen en base a las computadoras, este trabajo que ustedes ven aquí es valorado allá, por lo artesanal, no hay”. El artesano además menciona que “les están acabando”, tienen y no, el apoyo de las autoridades.
“Ellos piensan que nosotros elaboramos diablillos, y por eso nos aíslan” comenta Cristhian Criollo. La mayoría de problemas se dan por la confusión que tienen las autoridades y la población. Confundimos fuegos artificiales, con los juegos pirotécnicos que se distribuyen cada fin de año junto con los “años viejos”. Estos en su mayoría se distribuyen clandestinamente y “por la comparación vienen los problemas” dijo.

Permisos de ejecución
Los permisos de funcionamiento y ejecución se deben al incremento de población que tuvo Cuenca hace 40 años, menciona Don Jorge Baculima. Algunos de ellos son: Permiso de control de armas de los militares, permiso de los bomberos, Permiso de uso del suelo, entre otros de que los que se requiere para trabajar de forma legal.
 El oficial de Bombero José Pesantez, Inspector del Departamento de prevención contra incendios y encargado de uno de los permisos necesarios explicó algunas de las razones por las que los permisos de funcionamiento y ejecución no les eran concedidos a los artesanos. Una de ellas tiene que ver con las condiciones en las que funciona el taller. Deben cumplir con, la señalización dentro del taller (ubicación de extintores, salida de emergencia, varilla de cobre, etc.)
Mediante una ordenanza municipal, implementada este año, se han agilitado los permisos, con una supervisión por parte del departamento de bomberos. Con un “taller modelo” los demás artesanos saben cómo implementar su taller y poder obtener los permisos necesarios.  

Llamado de la gente
Algo que agradecen los artesanos es que a pesar de encontrase fuera de la ciudad elaborando su arte la gente los sigue buscando para que lleven su reconocido trabajo a fiestas y eventos. Los fuegos artificiales de Jorge Baculima son llevados también a eventos de algunas instituciones. Dentro de las más recurrente está la Universidad Politécnica Salesiana, que “confía en la seguridad y el buen ejecutar de Don Jorge” para los fuegos pirotécnicos de “las noches cuencanas”, así comenta la Lic. Tania Barrezueta, funcionaria de la UPS.
                                                          Fuegos Artificiales- UPS

Por parte de la familia Criollo, se cuentan experiencias no únicamente dentro de Cuenca si no alrededor de todo el país. “Nos han llamado de Loja, de Macas, de Quito y de algunos otros lugares del país para las fiestas, les gusta el espectáculo de nuestros fuegos artificiales” comenta Cristhian Criollo.

Variedad de productos
Lleno de buenas referencias por toda la ciudad Don Jorge nos cuenta que otra de las razones por la que la gente lo busca muy seguidamente, aparte de la calidad de material que ofrece, es la variedad. “Lo que más vendemos son los castillos dentro de todos los tipos que ofrecemos”. Estos podemos clasificarlos según los pisos que lleven. Cada piso formante del castillo tiene un costo de 200 dólares, y pueden llegar a costar hasta 1200 dependiendo de las necesidades del cliente. En cuanto al tiempo de elaboración Don Jorge explica que los castillos tardan en estar listos una semana, mientras que las vacas locas, caballos, gallinas y cualquier animal que se necesite dependiendo de la fiesta, toma 3 días de elaboración, pero contando únicamente con un obrero artesano.
Ver los fuegos artificiales de las familias Criollo y Baculima en acción es un espectáculo con indudable calidad. En cada una de las acciones de los artesanos puede notarse su profesionalismo y el corazón que entregan para ver sobresalir su obra de arte, comenta Don Jorge: “Nada es más satisfactorio que ver la sonrisa de los clientes, mientras armamos el castillo, durante la quema y claro finalizado todo”. Es para él un gran orgullo saber que aún existe gente en su ciudad que valora lo que hace.
                                                           "Taqueada" de la pólvora 

Problemas de permanencia
A pesar de lo grandioso que luce ejercer este arte, la situación se complica cada vez más. La preocupación de los artesanos es el destino de la actividad que el realizan. La elaboración artesanal de fuegos artesanales se está perdiendo entre un medio y una sociedad entera que avanza día a día en cuanto a tecnología y teme por la permanencia en el mercado de todos estos artesanos.

“Ahora con el avance tecnológico, se tiene una gran variedad de fuegos artificiales que ya vienen importados desde España”. Y a partir de esto es que también se puede ver una disminución significativa en la venta de pirotecnia grande en épocas navideñas y en finales de año. La gente prefiere, por comodidad, iluminar o dar realce al evento con juegos artificiales y pirotecnia pequeña, ya no se preocupan por ver castillos, “cohetes”, ni vacas locas en sus fiestas.


                                                                 Ejecución de "la vaca loca"


                                                            Preparación del castillo


Video: